Si estás dando tus primeros pasos para crear una página web, seguro que ya te has topado con uno de los conceptos más repetidos (no sé si los más temidos o los más incomprendidos): el dominio web.
Calma, ese latido del corazón que aumenta es algo normal cuando lo lees. Respira hondo, porque al final del artículo te quedará claro.
Sin un dominio, simplemente tu web no existiría en Internet.
Pero ¿qué es exactamente un dominio?, ¿para qué sirve?, ¿cómo funciona?
En esta guía te explico todo lo que necesitas saber, paso a paso y con ejemplos, para que tomes decisiones acertadas desde el principio. Verás que elegir un buen dominio puede marcar la diferencia entre un proyecto online con éxito o uno que pasa desapercibido.
Un dominio web es el nombre que escribimos en el navegador para acceder a una página web. Por ejemplo, nominalia.com es un dominio. Es como la dirección postal de tu casa, pero en Internet (o “El Intené” como diría mi tío de 75 años). En el ejemplo, nominalia.com, sirve para identificar de forma única el sitio web de la empresa, frente a los millones de dominios que existen.
Técnicamente, un dominio es una forma de traducir direcciones IP (esas series de números raros que se parecen más al número falso que te pueda dar una chica en una discoteca que a una dirección web) en nombres fáciles de recordar para los humanos. De este modo, en lugar de memorizar una serie de números, puedes escribir algo tan simple como “miempresa.es”.
Un dominio está compuesto por:
Juntos forman lo que se conoce como nombre de dominio, y su combinación tiene que ser única. Cada dominio registrado pasa a formar parte de una base de datos globales gestionada por organizaciones internacionales como ICANN.
Además, es importante entender que un dominio no es una compra definitiva, sino un alquiler renovable. Por lo general, se contrata por un año (o más) y debe renovarse periódicamente para no perderlo. Muchas empresas optan por registrar sus dominios por varios años para evitar olvidos o riesgos de expiración accidental.
Un punto adicional a tener en cuenta es la privacidad del dominio. Al registrarlo (aquí puedes hacerlo en Nominalia), tus datos pueden ser visibles en bases públicas como WHOIS, salvo que contrates un servicio de protección de identidad que muchas veces se incluye gratuitamente en algunos registradores.
La función principal de un dominio es hacer accesible tu sitio web a través de un nombre fácil de recordar. Pero además cumple otras funciones importantes:
Un dominio es, en resumen, la puerta de entrada a tu presencia digital. Sin uno, tus clientes no podrían encontrarte. Además es una de las primeras cosas que tus visitantes verán, así que elegirlo bien es clave para causar una buena impresión.
Un consejo: intenta que sea fácil de pronunciar y escribir, evita caracteres raros o guiones si no son absolutamente necesarios y verifica que no esté registrado como marca por otra empresa.
Cuando alguien escribe tu dominio en un navegador (que bonita sensación pensarlo ¿eh?), lo que sucede “detrás de las cámaras” es algo más complejo de lo que parece. A grandes rasgos:
Este proceso ocurre en cuestión de milisegundos, pero es fundamental para que el dominio funcione correctamente.
Además, dentro de la configuración DNS puedes gestionar otros aspectos como:
Por eso es tan importante elegir un buen proveedor de dominios que garantice una resolución rápida, segura y estable. En Nominalia, por ejemplo, cuentas con un panel de control sencillo y soporte en tu idioma, para que puedas hacer todos estos ajustes fácilmente.
Un aspecto interesante es que puedes apuntar un mismo dominio a distintos servicios: una web de WordPress, un sistema de email marketing, una tienda online o incluso una landing page mientras desarrollas tu proyecto final. Esa versatilidad hace que el dominio sea mucho más que una simple dirección web.
Existen varios tipos de dominios y elegir el adecuado puede marcar la diferencia en tu estrategia online. Vamos a ver los más comunes:
Son los más conocidos y utilizados:
También existen gTLD específicos como:
Estos pueden ser una buena opción si tu negocio tiene un enfoque local. Además en algunos países es necesario cumplir ciertos requisitos legales para registrarlos.
Muchos negocios combinan un .com con su dominio territorial para proteger su marca y adaptarse al mercado local.
Son las nuevas extensiones como:
Ofrecen oportunidades creativas, mejor disponibilidad de nombres y pueden servir para diferenciarse si el .com que quieres ya está ocupado. Cada vez más negocios optan por estas opciones innovadoras para destacar.
También pueden ayudarte a transmitir de forma inmediata a qué te dedicas, como en el caso de .photography, .lawyer o .agency.
Son subdominios creados a partir de un dominio principal, como:
Suelen usarse para secciones específicas de una web o diferentes proyectos bajo una misma marca. También permiten organizar mejor los contenidos y facilitar el acceso a áreas concretas.
Por ejemplo, diferentes instalaciones de WordPress en el caso que tengas una web de venta de cursos online, y el acceso a usuarios esté en otra instalación de WordPress diferente bajo el dominio de tercer nivel acceso.miwebdecursos.com.
Una confusión bastante común es pensar que “dominio” y “URL” son lo mismo, pero no lo son. Vamos a ver la diferencia:
Como ves, la URL incluye el dominio, pero también:
Resumiendo:
Esto significa que una web puede tener cientos o miles de URLs distintas, pero todas estarán contenidas dentro de un mismo dominio principal. Así, cada URL apunta a un contenido único dentro de tu web.
Entender qué es un dominio web, cómo funciona y qué tipos existen, te da una base sólida para tomar buenas decisiones cuando empieces tu proyecto online.
No subestimes su importancia: elegir el dominio adecuado puede ser la diferencia entre que te recuerden o que te pierdas entre la multitud.
Antes de registrar uno, piensa en tu público objetivo, en tu marca y en el futuro de tu proyecto. Asegúrate de que sea fácil de escribir, corto, memorable y libre de ambigüedades. Y si puedes, registra también variaciones o extensiones adicionales para proteger tu marca (y redirecciónalas todas al dominio principal).
Piensa también en cómo se verá tu dominio en redes sociales, tarjetas de presentación y campañas publicitarias. Un buen nombre de dominio debe ser coherente con tu identidad visual y tus objetivos de negocio.
En Nominalia te lo ponemos fácil para registrar tu dominio, con múltiples extensiones, herramientas de gestión intuitivas, certificados SSL gratuitos y soporte experto en español. Además, puedes vincularlo fácilmente con tu hosting, correo profesional o constructor web.
¿Estás listo para dar el primer paso? Dale nombre a tu idea, hazla tuya y empieza a construir tu presencia online desde hoy mismo.